Hola mamá..

Espero que estés bien, donde quiera que te encuentres.
Hoy, como cada 28 de diciembre, tu cumpleaños, me acuerdo de ti y me gusta escribirte y ponerte al día.

Te cuento que este año 2017 ha sido de mucho crecimiento personal y profesional para mi. Mucho más personal que profesional. Y como todo crecimiento, positivo, se refleja en todas las áreas de mi vida. Me encantaría poder contártelo personalmente. Pero a través de estas cartas que te escribo, me siento que te lo estoy contando personalmente, aunque guardaré los detalles para contártelos a través de mi corazón. Creo que estarías orgullosa y contenta por mi, de lo que he hecho y de cómo voy en mi vida.

Las chicas van bien, mamá. Isabel tiene ya 21 años, Elia (el cohete) 19 años. Creciendo y retándome cada día más a ser mejor persona, madre. No es fácil. Pero hago lo mejor que puedo y aceptando que no soy perfecta. Como he entendido que ustedes también lo hicieron conmigo y con Orlando.

Tengo que decirte que el pasado 26 de diciembre, que tuve un día como “los que me gustan”, súper arrollada, olvidé que era el aniversario de fallecimiento de papá. Primera vez que eso me ocurre y me sentí rarísima. Pero tampoco eso quiere decir que no lo extrañe o lo quiera menos. Al contrario, prácticamente todos los días pienso en él, sobre todo en el ejercicio de mi profesión, y al retomar escribir en el blog, siempre recuerdo que decía que para escribir se necesitaba “disciplina”. Palabrita que no me gustaba y que cada día tengo que asumirla y aceptarla.

Estuve en Santiago, los otros días. Estuve con Domitila, Fernando, con los Jorge (Carmen Dolores, Nicolás). Llamé a los Mera, a Eliana, para ver a tia Elida, pero no las localicé.

Mamá, el día de mi cumpleaños, recibí tantas muestras de cariño, que me sobrecogieron. La pasé súper bien. Rodeada con la gente que me quiere y que yo quiero. Y sobre todo con mis chicas, Isabel y Elia.

Tia Elida me llamó en mi cumple, y me recuerda tanto a ti. ¡Tiene ya 93 años! Tengo que ir a verla para abrazarla y sentir que te abrazo a ti también.

Cumplí 47 años. La edad con la que siempre te recuerdo. Cuando era chiquita y pensaba en ti, tu siempre como que tenías 47 años. Te quedaste frizada en esa edad en mi memoria, hasta muchos años después.

La gente dice que cada vez me parezco más a ti. ¿Será verdad? ¿Será físicamente o de forma? Creo que físicamente nos parecemos mucho, y de “forma”, puede que un poco. Pero tú me superas en paciencia y calma. jajajajaja

Te quiero mamá querida. Y yo sé que siempre lo escribo, pero me hacen falta tus abrazos, tus toques, tu olor, tus palabras de que todo está bien y estará bien.

Dilia.