Fui invitada para asistir a la audiencia solemne que celebra el Presidente de la Suprema Corte de Justicia, Magistrado Luis Henry Molina Peña, en conmemoración del Día del Poder Judicial. Me sentí honrada y comprometida a asistir, sobre todo porque tuve la oportunidad de participar en una de las Mesas de Trabajo para la Visión de Justicia 20-24, donde se trató el tema de niñez, mujeres, discapacidades, y poblaciones vulnerables. Debo confesar que es la primera vez que asisto a esta audiencia solemne, si mal no recuerdo.
El discurso del Magistrado Henry Molina fue muy bueno. Rompió los esquemas (lo que indica que está dispuesto a marcar la diferencia y accionar a favor de un cambio en el sistema judicial) comenzando porque su discurso no fue una “rendición de cuentas” en sí, con números fríos, sino más bien presentarnos su propuesta para mejorar el sistema de justicia y todo terminó en 35 minutos su discurso, lo que me pareció excelente. Directo y en el punto.
Entiendo que recogió muchas de las inquietudes y sugerencias que surgieron en las mesas de trabajo. Se refirió a la mora judicial; revisión de procedimientos y prácticas, mencionó establecer horarios en los tribunales (para las audiencias) que respeten el tiempo de las personas. Mencionaba situaciones y proponía soluciones. Lo que me parece excelente. ¿Que quizás no me guste una solución? bueno.. no todas serán del agrado de todo el mundo, pero se irán adecuando, porque como dice Mercedes Sosa: todo cambia.
Tiene un gran reto el Magistrado Molina para llevar a cabo la Visión de Justicia 20/24. Los cambios, que no son fáciles, crean resistencia, pero son necesarios.
Dejo una parte del discurso, que pueden leer aquí en su totalidad, donde se refiere al tema específico de la violencia de género que este año ya lleva 5 mujeres asesinadas (y estamos a 7 de enero, gracias).
“La protección en igualdad ante la ley demanda especial sensibilidad hacia quienes hoy son más vulnerables. En ese ámbito, la forma en que la violencia contra las mujeres se ha expresado en nuestro país constituye un dolor y una gran vergüenza que debe llamarnos a la reflexión y sobre todo a la acción. Si bien la solución integral del problema no está en nuestras manos, el sistema de justicia no puede amparar ninguna forma de violencia contra las mujeres. Es nuestra tarea asegurar que una mujer que haya sido víctima de violencia de género encuentre en la justicia un espacio digno, protegido y sensible frente a su sufrimiento. Un espacio en el que se responda con la premura y el cuidado necesarios para evitar que el procedimiento se convierta en un calvario de revictimización.”
Espero que pronto comencemos a ver estos avances en el sistema de justicia. Las mujeres ya no soportan más revictimizaciones. Las que sobreviven y acuden al sistema, necesitan una respuesta, como dijo el Magistrado, pronta y añado yo, humana.
Luego de haber escuchado, pero sobre todo leído su discurso, y de haber visto que hoy marcó la diferencia el Magistrado Henry Molina, tod@s l@s actores que participamos en el sistema de justicia, tenemos el deber de poner de nuestra parte para hacer realidad los cambios que necesita el Poder Judicial.