En el mes de octubre del 2008 fui contratada por Plan República Dominicana para coordinar la campaña Aprender Sin Miedo.
Plan Internacional es una organización gubernamental que tiene su sede en Gran Bretaña y tiene 22 años trabajando en el suroeste del país (Azua, Barahona, San Juan, Elías Piña y Pedernales) patrocinando directamente con 30,000 niños y niñas aproximadamente, beneficiando a sus familias y sus comunidades. (www.planrd.org)
Lo cierto es que había escuchado hablar muy poco sobre Plan y desconocía por completo el trabajo que realizaban en el país, pero me entusiasmaba mucho la idea de trabajar de nuevo en el área de la niñez (antes lo había hecho desde la Secretaría de Estado de Relaciones Exteriores).
Decidí trabajar con Plan República Dominicana para coordinar la Campaña Aprender Sin Miedo que busca erradicar la violencia en las escuelas (la campaña fue lanzada el 22 de abril de este año en Pedro Corto, San Juan de la Maguana – de ese momento son las fotos). Un reto nada fácil, sobre todo en este país que tendemos a ser violentos en nuestras formas y hasta en nuestro hablar. Un reto que conlleva cambiar todo un sistema cultural, cambiar la actitud y enfocarse hacia una cultura de paz.
Pero lo que más me ha gustado de esta experiencia es primero, saber que existen organizaciones no gubernamentales como Plan haciendo una verdadera labor de desarrollo comunitario centrado en la niñez, ayudando a las comunidades a identificar sus problemas y buscarle las soluciones. Esto hace que la comunidades se empoderen y los proyectos sean sostenibles.
Segundo, he podido conocer niños, niñas y jóvenes de las provincias sureñas que he mencionado, de escasos recursos, que gracias a la labor que Plan ha desarrollado en sus comunidades, son niños, niñas y adolescentes con un gran potencial, conocen sus derechos y deberes, aportan soluciones en sus comunidades, son líderes en sus comunidades.
Lo tercero que más me ha gustado es saber que no todo está perdido en este país. La verdad que no sé si es porque como vivo en la ciudad, sumida en el trabajo y en las ocupaciones maternas y en el “rush” del tránsito, del desorden, la falta de respeto desde la institucional hasta la personal, tiendo a pensar que este país no tiene arreglo. Pero sin embargo, al viajar al Sur y conocer jóvenes, niños y niñas, y adultos también con otros puntos de vista sobre la vida y ver ese deseo de superación, de que sus vidas mejoren y poner la mejor intención para que así sea, de verdad que digo, que hay esperanza todavía de que las cosas en este país mejoren.
Seguiré más adelante hablando de esta experiencia tan significativa que ha sido para mí trabajar en Plan República Dominicana y en la campaña Aprender Sin Miedo.