Sarah Palin o crónica de un desastre anunciado

Recuerdo perfectamente, cuando Sarah Palin fue elegida por el Senador McCain como candidata a Vice-Presidenta por el Partido Republicano para las elecciones presidenciales de los Estados Unidos de Norteamérica.

Sentí una emoción porque una mujer había sido escogida para ser candidata a la segunda posición de mayor importancia en el tren gubernamental de los Estados Unidos. Ella se veía chulísima, linda, encantadora, joven, nueva generación, con ganas de hacer las cosas diferentes. Por lo menos esa era mi percepción.

Luego comenzaron a salir reportajes sobre ella y si su trabajo como Gobernadora de Alaska era tan “espectacular” como se decía. Y posteriormente, el tema de que su hija salió embarazada con apenas 17 años de edad y su floja preparación sobre asuntos domésticos de los E.U. y sobre política internacional.

Se ponía en duda su capacidad para ser Vice-Presidenta de los E.U.

Ayer estuve leyendo un artículo publicado en la revista Vanity Fair (aquí se puede leer el artículo) de agosto de este año sobre ella. Es un reportaje largo, súper interesante y donde se refleja la importancia que tiene el conocer verdaderamente la vida privada y pública (de cabo a rabo) de un candidato/a a una posición importante dentro del gobierno (de cualquier país, pero más en los E.U. donde la transparencia para ocupar un cargo público es tan importante e influye bastante en el electorado).

De las cosas que me sorprendieron (que fueron muchas) es que McCain casi no la conocía y aparentemente su equipo tampoco investigó lo suficiente sobre su vida pública y privada. Solamente llegaron a compartir un par de horas antes de elegirla como su candidata. Y luego de su elección salieron a la luz pública una serie de escándalos. (Por cierto, también tiene su cuenta en Twitter. Creo que esta es o era, porque hace aproximadamente una o dos semana renunció como Gobernadora de Alaska) .

Aparentemente es una persona complicada (el artículo menciona, entre otras teorías sobre su forma de actuar, que sufre de trastorno de personalidad narcisista) . No se dejaba tampoco ayudar a preparar para los debates y entrevistas, cabeza dura (stubborn) y un escándalo causó también los gastos por ropa para ella y su familia con motivo de la campaña (US$150,000.00).

El punto es que a la hora de elegir un candidato a la presidencia, vicepresidencia o cualquier otro cargo de importancia, es tan importante tener en cuenta su vida pública como privada, porque eventualmente la mentira siempre sale a flote como un corcho en el agua.

Es tan importante, tanto en la vida pública como privada, mantener una coherencia entre lo que se dice y lo que se hace. Cosa nada fácil de verdad, porque requiere de mucha aceptación de una misma, de sacrificios por lo que uno quiere hacer y lo que se debe hacer y de mucha disciplina (palabrita que no me gustaba para nada, pero la vida me ha enseñado su importancia).

 

(Foto por: Christopher Halloran)