Hoy me siento agradecida y quiero expresarlo.Hace varios años adopté una nueva forma de vida. Esa nueva forma de vida me llevó a un cambio de actitud. No fue ni es automática. No es que soy otra persona, pero trato de ser una mejor persona. Trato de llevar ese cambio de actitud cada día y trato cada día de recordar algunos principios que son fundamentales para mí, entre ellos el agradecimiento.
Agradecimiento ante todo a Dios. Soy creyente en Dios y creo que todo en la vida pasa por alguna razón. Como dicen por ahí: creo en las diosidencias no en las coincidencias. Tengo una persona a quien quiero mucho y a quien le agradezco sus constantes enseñanzas que me dijo: “recuerda siempre agradecer a Dios por todo lo que te pasa, para que permanezcas humilde.” Siempre recuerdo eso, porque ese acto de agradecimiento me recuerda mantener los pies en la tierra y no dejo que el ego me llegue al cielo y me nuble la vista y el pensamiento.
Agradecimiento por lo que tengo. Lo que tengo en el día de hoy es justo lo que necesito por hoy.
Agradecimiento por mis hijas. El ser madre es una verdadera batalla que no permite descanso. Hay que estar en constante vigilia, corrección, pero también saber disfrutar los momentos agradables. Una vez le pregunte a una amiga-psicóloga que me dijo que a mi “no se me podía ir una” con relación a mis hijas y yo le dije: “entonces, voy a tener que estar como un catcher, aparando todas las bolas!”. Sí, me dijo ella. Entonces siempre me imagino como ese catcher agachado esperando las bolas para que no se me vayan. Jajajajajaja!
El famoso balance también es necesario en el ser madre. (Me imagino que en el ser padre también).
Aveces quiero tirar la toalla y creo que el constante disciplinar no va a terminar y nunca voy a ver los “frutos de esa disciplina” (que hasta para mí misma es difícil!), me desespero, pero gracias a Dios, todo pasa.
No sé si hoy estoy disfrutando de esos días donde mis hijas están como yo quisiera que estén todos los días (que es imposible, porque ni yo misma estoy “bien” todos los dias! jajajaja): Hicieron sus tareas, estudiaron lo que tenían que estudiar y están tranquilas! ufff! What a relief!!!
Me es difícil ponerles límites. Claro, es más fácil complacer y complacer. Pero tengo que ver más allá del día de hoy.
La semana pasada escuché a Ana María Pellerano en una charla que impartió sobre el libro “Los 7 hábitos de las familias altamente eficaces” (de Stephen R. Convey). Ella es madre de cinco hijos y dijo que a veces cuando no sabe qué decidir con respecto a cualquier decisión sobre sus hijos, ella se pregunta: Esto que yo permita ahora ¿cómo va a repercutir mañana?
Después que escuché eso, trato también de preguntármelo.
En fin. Quería compartir esto que para mi es bueno, positivo, porque las cosas buenas también hay que compartirlas.