La semana pasada se dio a conocer uno de los secretos mejores guardados: el anteproyecto del Código de Familia, preparado por un equipo encabezado por la Vicepresidenta de la República (aquí el link que explica el propósito y contenido del proyecto) y presentado por el Presidente Danilo Medina ante el Congreso Nacional el 7 de marzo.
Tengo que confesar que en el 2005, cuando escuché por primera vez la intención de que se hiciera este Código, me gustó la idea de que todas las leyes relacionadas, y que están dispersas, se unificaran en un gran Código. Sin embargo, al ver el proyecto que consta de 853 artículos, propuesto al Congreso Nacional y que más que unificar nuestras leyes propone cambios que no responden a la realidad que viven las familias dominicanas en pleno siglo XXI, y además pretende crear un Ministerio de Familia y Desarrollo Social, no me parece que es lo que necesitamos en estos momentos.
A pesar de que tiene aspectos positivos, veo que hay puntos que entiendo discriminatorios y violatorios de los Derechos Humanos, en contradicción con Convenios internacionales que nuestro país es signatario. Creo que las leyes de un país deben estar fundamentados en la protección de los derechos humanos y no en detrimento de los mismos.
Me parece increíble que se esté proponiendo la creación de un nuevo Ministerio que al fin de cuentas competirá y duplicará las funciones con los demás ministerios existentes como el de la Mujer, Conani y la Juventud. Además, me preocupa que el gobierno ha dicho que tiene que establecer prioridades para la ejecución de programas y proyectos (porque no hay dinero para hacer todo lo que nunca se ha hecho) y se proponga entonces la creación de este Ministerio, lo que implica un gran gasto, creación de más burocracia y menos soluciones.
Antes de crear un Ministerio de la Familia como si fuera la gran solución a los problemas que aquejan a la familia dominicana, entiendo hay que fortalecer (incluyendo con la entrega de fondos) las instituciones que tenemos, como el Ministerio de la Mujer, el Conani, así como también al Poder Judicial también para que se puedan terminar de crear tribunales de niños, niñas y adolescentes donde sean necesarios y mejorar los existentes, no sólo a nivel físico sino también con equipo humano.
Espero que ante el pedido del Presidente de la República para que el anteproyecto sea revisado, los redactores e instituciones que trabajaron durante 10 años en el mismo, se tomen el tiempo para escuchar y tomar en cuenta las voces que se han alzado en contra de algunas de las propuestas que tiene el anteproyecto del Código de Familia.
No se puede desconocer de un plumazo la realidad que viven las familias dominicanas, las diversidades de familias que existen y que, sobre todo, antes de introducir cambios a las leyes, se dediquen a estudiar y a otorgar los fondos necesarios para aplicar las leyes que tenemos. Si esto se hiciera, estoy segura que no hubiera la necesidad de hacer tantos cambios, para que de nuevo, en 10 años estemos proponiendo otro Código de Familia. El problema no está en las leyes, el problema está en la aplicación de las mismas.