El viernes 29 de abril del 2011 fui víctima nueva vez de la delincuencia que arropa nuestro país.Ese día almorcé fuera de mi casa con mis hijas. A las 3.25pm recibí una llamada de la abogada que trabaja conmigo me llama a mi celular y me pregunta: “Licenciada, cómo está? Usted está bien?” Yo me reí y le dije que sí. Ella me preguntó: Seguro? Yo le dije que sí, que estaba bien, que estaba con las niñas. Me dijo: “bueno, pues aquí llamó fulana (la muchacha que trabajaba en mi casa) y me dijo que a su casa llamaron para decir que usted había tenido un accidente. ”
Ahí mismo mis antenitas de vinil se pararon y le dije: “no me digas (bip) que ella dio información mía (bip)” y me dijo, “bueno, yo creo que usted debe ir a su casa.”. En lo que iba a mi casa, llamé a la muchacha de mi casa y le pregunté qué pasó: ella me dijo:” ay doña Dilia, ay doña Dilia, venga, que me llamaron…” Después de varios “bips” de desahogo, llegué a mi casa. Y encontré la muchacha nerviosa y llorando diciéndome que llamaron diciendo la historia que he escuchado varias veces, que llamaron diciendo que yo había tenido un accidente, que había atropellado una señora y una niña había muerto y que yo estaba presa.
Supuestamente la persona se identificó como un coronel de la policía, le dijo que mantuviera la discreción y que buscara una cajita que estaba en mi clóset que contenía unas joyas y que se las llevara a la Plaza Bolera para “yo poder resolver” . La muchacha le llevó la caja por la inmediaciones del restaurante Mama Juana (porque ella no sabía dónde quedaba la Plaza Bolera). Los ladrones (eran dos jóvenes) montados en un jeep azul, le dijeron que eso no era suficiente que buscara las “dos laptops de las niñas y la cámara digital de las niñas”. La muchacha volvió a mi apartamento y buscó lo que le dijeron. Volvió a encontrarlos, le entregó lo pedido, se montó con ellos en el jeep y supuestamente la dejaron por las oficinas principales de Orange.
Luego de esto, la muchacha me llamó a mi oficina y ahí fue que me enteré de todo. Gracias.Ya ustedes se imaginarán el pique que yo tenía. Este mismo año ya había dado la voz de alerta a mis hijas y a la misma muchacha diciendo que estaban llamando a las casas con esa historia y que no le hicieran caso, que me llamen.Por supuesto, fui a la policía a poner la denuncia.
Las joyas que se robaron eran joyas (broches de esmeralda, rubíes, cadenas de oro, algunos relojes – lo poco que recuerdo) que heredé de mi mamá, las cuales más que un valor económico, tienen un valor sentimental incalculable.
Después de varias horas en la policía y de bregar con esos trámites horribles, burocráticos, llegué a mi casa y ahí fue que comencé a “digerir” lo sucedido y a sentir aún más el pique y la impotencia y a parte de todo el miedo y la inseguridad.Tomé las medidas de lugar de seguridad en mi casa y seguiré tomando aún más. Gracias a Dios ni a mi ni a mis hijas nos pasó nada, en cuanto a nuestra integridad física se refiere.
Es la tercera vez en tres años y algo que soy víctima de la inseguridad y de la criminalidad de vivimos en este país. En el 2007 me robaron mi jeepeta Nativa, en el 2009 me robaron mi cartera en la Lincoln con 27 de Febrero, y ahora en el 2011 el robo en mi casa. Si este récord sigue así, tendré que cuidarme para el 2013.
Justo en la semana que Interpol catalogó que la policía de este país es una de las mejores del mundo, ocurre este hecho. Me llama la atención que si la policía esté tan preparada seamos las víctimas que tengamos que buscarle información a ellos como por ejemplo el rastreo de llamadas. Me llama la atención que si es cierto que ha ocurrido tantas veces este tipo de robo no tengan más datos sobre la supuesta red que están llevándolos a cabo. Dicen que es una red desde las cárceles que dirige esta banda.
En fin. Espero que este desahogo sirva para alerta a las personas que lo leen. Espero que la Policía Nacional se ponga las pilas y resuelva este caso, no sólo porque sean las joyas de una ex-Primera Dama que están rodando por la ciudad o el país, sino porque como ciudadana me merezco, a igual que el resto de los/as demás, que mi caso sea atendido, resuelto y los/as involucrados/as que paguen sus consecuencias.