Cómo ser abogado/a de Derecho de Familia y no morir en el intento

El sábado pasado fui invitada por el Comité de Estudiantes de Derecho de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM) a participar en un taller de litigación dirigido a estudiantes de esa Universidad. Me invitaron a exponer sobre técnicas o herramientas en los procesos relacionados con el Derecho de Familia.

 
Finalicé mi exposición señalando algunos puntos que entiendo importantes a la hora de tomar o llevar un caso de Derecho de Familia.
 
Entiendo que algunos de esos puntos se aplican también en el ejercicio profesional en otras áreas del Derecho.
 
Confieso que pienso pegarlas en mi oficina para mantenerlas presentes también.
1. Sea lo más claro posible con los clientes. No le prometa ni de garantías de soluciones. Usted no es el o la juez/a.

2. Revise su expediente antes del día de la audiencia.

 

3. Tres cosas mueven o chocan las personas: el dinero, la libertad y los/as hijos/as.

 

4. Psicología o inteligencia emocional.

 

5. Antes de decir sí a un caso, analícelo, para que después no salga huyendo.

 

6. Refiera sus clientes (en caso necesario) a terapia psicológica. Usted no es psicólogo/a para sugerir soluciones o estrategias. Claro, hay sentido común, pero hay casos y cosas que escapan de lo común.

7. No se tome el caso personal. El o la abogado/a contrario no es su enemigo, ni la parte contraria tampoco.

8. Trate de no llevarse el caso a su casa.

 

9. Lea, investigue, busque jurisprudencia local e internacional, doctrina.

 

10. Sea innovador/a.

 

11. Tenga cuidado con lo que usted publique en internet y en las redes sociales.

 

12. De vez en cuando revise en los tribunales si han habido cambios en los requisitos.

 

13. Busque ayuda o auxilio de otros/as profesionales como psicólogos para entender algunos casos y preparase bien para los interrogatorios.

 
14. Trate siempre de buscar una solución amigable, cuando sea posible. Es mejor un mal arreglo, que un buen pleito, sobre todo en estos casos donde no se “juega” con dinero o bienes, sino con menores de edad.
 
Este último lo puse ahora.
 
Esta lista no es limitativa, pero entiendo que es más o menos de las cosas que he ido aprendiendo en el ejercicio de esta profesión. Probablemente con el tiempo variarían, porque definitivamente en estos procesos nunca termino de sorprenderme de las cosas y casos que suceden.