Experiencia en Destacamento de Villa Juana

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Hoy estuve en el Destacamento de Villa Juana, donde llevan los adolescentes en conflicto con la ley penal, y no quiero dejar de escribir sobre esta experiencia porque me parece que es un retrato de la realidad que ocurre a diario en el país, pero que no siempre nos enteramos.

Mientras esperaba que me entregaran una certificación, veo que llega un motor con dos policías y entre los dos policías un niño metido en el medio como un jamón entre dos panes.  Veo que llega llorando y entre los comentarios de los policías: “si te va a coger con robar tan temprano!” escuché decir.

Sigo viendo la escena y cuando lo bajan al niño del motor veo con sorpresa que está esposado y llorando.  Le digo al policía: “mire, ¿cuántos años tiene él?”  “Once años”, me dice el oficial.  Y le digo: “No, pero mire, usted no lo puede detener y menos esposarlo.” Y me dice él: “¿ajá? ¿quién lo dice?”, y yo le digo:  “Oh! la ley! los menores de 13 años son inimputables penalmente.”  y me dice:  “ajá? ah! es que los policías somos brutos y no entendemos de leyes.”  Le saco el Código de Niñez y Adolescencia (Ley 136-03) y le indico el artículo 223 del Código que dice que los menores de 13 años de edad “en ningún caso son responsables penalmente.”  En eso sale un empleado que estaba dentro de la Fiscalía y le dice: “quítele las esposas”, y entraron al niño donde la Fiscal, quien mandó a buscar “donde fuera” a la madre del niño, me imagino que para entregárselo.  Minutos después, trajeron al hermano del niño, que creo se llevaban por lo menos un año, y también detenido.  Supuestamente estaban robando los dos.

Permanezco afuera y sale el policía y nos sonreímos, y me dice: “oiga, estamos cansados de traerlo aquí. Lo acabamos de agarrar robando… ahí afuera están los querellantes.”  Yo le digo: “oiga, yo no digo que el niño no lo estaba haciendo, lo que pasa es que esa es la ley.  Ese niño es víctima del sistema”  Y el policía me dijo: “Oiga, si la ley no refleja la realidad que estamos viviendo, entonces es letra muerta.”  PUM (me dio duro eso que dijo).

Cuando me voy, el oficial estaba ahí todavía, y hablando con otras personas dice riéndose:  “la policía está para reprimir y para hacer cumplir la ley.” y le digo: “amigo, pero no diga eso así, diga que ustedes están para servir a la ciudadanía”.  Y me dice riéndose: “ese es el discurso moderno.”

Me retiré del lugar y terminó el asunto, para mi.  Pero para ese niño y su familia y su comunidad, la situación no terminará ahí y lo más seguro se repita de nuevo.

Ahora escribiendo este post, recordé las Directrices de Riad para la prevención de la delincuencia juvenil, y cito lo siguiente:

“Las directrices tocan prácticamente todos los ámbitos sociales: los tres principales entornos en el proceso de socialización (familia, escuela, comunidad); los medios de comunicación: la política social; la legislación y administración de la justicia de menores.  La prevención general (art.9) debe consistir en “planes generales de prevención en todos los niveles de gobierno” y debería incluir entre otras cosas mecanismos para coordinar los esfuerzos realizados por los organismos gubernamentales y no gubernamentales; supervisión y evaluación continuas; participación comunitaria mediante un amplio abanico de servicios y programas; cooperación interdisciplinaria; participación de los jóvenes en las políticas y procesos de prevención.” (http://www.mpd.gov.ar/articulo/downloadAttachment/id/3895)

Yo todavía entiendo que la prevención, más que la sanción, es la mejor alternativa para enfrentar la delincuencia juvenil.  Ojalá en algún momento se le preste atención a esta dura realidad que arropa nuestro país.