Experiencia en Lavender Law 2014, LGBT Bar Association

 

Vista de la conferencia

Vista de la conferencia

Hace aproximadamente un año, tuve la oportunidad de conocer a Joan Burda en Buenos Aires, Argentina, durante una conferencia en la que mi también amiga Fabiana Quaini participaba.

Joan es abogada, vive en Ohio y trabaja defendiendo los derechos de las personas LGBT en su Estado.  Intercambiamos nuestras tarjetas,  y me envió de regalo su libro:  Gays, Lesbians and Transgenders Clients, A Lawyer’s Guide.

Tanto Fabiana como yo nos mantuvimos en contacto con Joan, y en marzo de este años, nos preguntó si estábamos interesadas en participar en la reunión de la LGBT Bar Association en Nueva York, este mes de agosto que recién termina.  La reunión, que tiene aproximadamente unos 14 años celebrándose, se llama:  Lavender Law Conference & Career Fair.

Fabiana y yo nos pusimos de acuerdo para asistir a la conferencia, y así lo hicimos, estuvimos en Nueva York, incluso participando como panelistas, en una reunión previa de la conferencia.

Joan (en el medio) y Fabiana (a la derecha)

Joan (en el medio) y Fabiana (a la derecha)

 La verdad que para mi fue una gran experiencia participar en la conferencia, la calidad de los y las expositores fue increíble: abogados y abogadas, jueces y juezas, profesores/as universitarios/as, entre otros.  Los temas muy interesantes, a parte de los derechos de las personas LGBT, se habló de la maternidad subrogada (que Fabiana por cierto tiene gran experiencia como abogada en Argentina) y la adopción.

Allá tuve la grata oportunidad también de conocer una jueza que trabaja temas de familia en La Crosse, Wisconsin.  Desde que la vi, le pregunté a Fabiana:  ¿Ella es dominicana?  Fabiana me dijo, no sé.  Efectivamente la jueza era dominicana.  Me llevé una grata impresión con la Magistrada Ramona A. González, jueza electa desde abril de 1995, quien ha recibido varios reconocimientos entre ellos el Premio Presidencial de la Bar Association de Wisconsin y el premio Jurista Distinguido de la Academia Americana de Abogados de Adopciones, por su “apreciación y reconocimiento a su compromiso asegurándose que los niños sean parte de familias estables, seguras, amorosas, independientemente de su identidad de género u orientación sexual de los futuros padres.”

Con la Magistrada Ramona A. González

Con la Magistrada Ramona A. González

Aproveché la oportunidad para entrevistar brevemente a la Magistrada González y compartir su experiencia como jueza de familia.

Pregunta:  Magistrada ¿qué tipo de casos conoce usted en su Corte?

Respuesta:  De todo,  de tráfico, de familia, de criminal, de todo, yo hago de todo.

Pregunta:  Estuve leyendo en la biografía que publicaron de usted para esta conferencia, que usted lo que busca son familias estables, amorosas, para niños independientemente de su orientación sexual.

Respuesta:  Sí, porque en Wisconsin ellos pueden ser progenitores, pero para ser progenitores deben terminarse los derechos de los padres biológicos para que los dos (la pareja) los puedan adoptar.  No son padres naturales, pero son padres por adopción.

Pregunta:  En Wisconsin ¿está reconocido el matrimonio de parejas del mismo sexo?

 Respuesta:  En Wisconsin no.  Hay un caso de la Corte que decía que sí, pero eso está ahora mismo en la Suprema Corte de los Estados Unidos, que tiene que decidir.  Pero ahora mismo no es legal.

Pregunta:  Y sin embargo ¿sí se reconocen las adopciones para las personas del mismo sexo?

Sí, pero ellos pueden adoptar como solteros.  Entonces cada persona hace su petición de adopción como soltero.  Yo les doy el derecho de adopción para el mismo niño.

Así es que lo podemos hacer, porque la adopción puede ser una pareja, el esposo y la esposa, y una persona soltera también,  entonces yo digo, si puede ser una persona soltera  ¿por qué no dos solteros?  El problema es que el padre y la madre biológica tiene que decir en la Corte que ya no desean ser los padres, y la persona que va a adoptar también tiene que decir en la Corte que desea adoptar.  Primero tienen que decir terminen mis derechos de ese niño, y después que yo termino los derechos de ese niño, en la misma Corte, en la misma sesión, yo le hago dos peticiones para adopción, uno para cada uno, y doy la adopción para cada uno como dos solteros.

 Es una locura que tenga que hacer todo ese proceso para esa adopción, pero encontramos la forma para hacer lo que tenemos que hacer dentro del marco jurídico que tenemos.  La ley dice así, pero nosotros buscamos la forma.  Hay que buscar la forma para hacer lo que tenemos que hacer.

Pregunta:  En República Dominicana hay mucha resistencia para que los niños crezcan con parejas del mismo sexo, dicen que el niño no va a estar bien con esa pareja.

Bueno, la realidad de ahora es que hay niños que no tienen padres (huérfanos), hay muchos niños que no tienen ni lo uno ni lo otro, pero lo importante para esos niños es que tengan personas que lo críen, que sean amorosos, progenitores que los nutran, y eso puede ser la mamá de la mamá, la tía, cualquiera, pero si esas personas quieren criar, nutrir, ese niño, ese niño puede crecer seguro en ese lugar.

Lo mismo pasa en Estados Unidos, tengo mucha gente que son católicos o cristianos, y ellos dicen: Mira, ese niño necesita una madre y un padre.  Yo les digo: ¿quién dice eso? Lo que necesita ese niño son personas que lo quieran, personas que ese niño sepa que cuando él se acueste en la noche, en la mañana se va a levantar y esas personas van a estar ahí, y esas personas le van a dar comida, crianza, y le van a dar lo que ese niño necesita para crecer, no importa si esas personas son la mamá, el papá, la tía, dos mamás, dos papás.  En los Estados Unidos yo tengo muchas familias de parejas formadas por mujeres u hombres,  y son niños maravillosos, yo he estado haciendo esas adopciones por casi 18 años, y yo tengo familias, tengo niños, que ahora tienen 18 años, que regresan a mi corte y me dan abrazos y besos y me dicen: juez, cómo está? Me voy para el “college”, la universidad, y me mandan recuerdos de lo que están haciendo en sus vidas.  Tengo familias que hicieron su primera adopción hace 18 años y vuelven que tienen otro niño de 4 años y quieren hacer otra adopción, les enseño las fotos de cuando fueron la primera vez, y entonces luego tienen el segundo, tienen tres, tengo una familia que tienen 4 niños.

 Las investigaciones que se han hecho sobre el cerebro nos dicen que lo que los niños necesitan son casas amorosas y seguras, y toda esa molestia que tenemos los adultos, los niños no tienen esa molestia.  Lo mismo pasó hace un tiempo cuando se decía que una mujer blanca no podía tener niños con un hombre negro, decían “no, esos niños no pueden vivir así”, y ahora ya nadie piensa eso.

Para esos niños, la persona que los quiere, las personas que están ahí día por día, son los progenitores de esos niños.  Pero no se puede ignorar que la comunidad es muy importante para que esos niños vivan un vida que apoye su derecho amar y ser amados por sus padres.  Y esa es la parte más difícil.  Por eso uno dice que es ignorancia decir que un niño va a sufrir daños en una casa con una pareja del mismo sexo.   Pero es la ignorancia que le hace daño al niño., porque no podemos ignorar que los gays y las lesbianas existen, y decir que no existen es, eso en mi mente es un crimen, porque los estás convirtiendo en ciudadanos de segunda clase, y no puedes tratar a ese niño de forma diferente porque sus padres sean dos mujeres o dos hombres.  Tiene que respetarse el derecho de ese niño.

Pregunta:  ¿Qué mensaje usted tiene para los dominicanos y a las dominicanas y a los jueces y juezas que trabajan estos temas de niñez?

Respuesta:  Yo entiendo que esto no es fácil, es muy difícil.  Pero lo que tiene que saber es que los jueces están en una posición única para ser un ejemplo y demostrar liderazgo porque si nosotros abrazamos la dignidad humana de todas las personas.   ¿Por qué podemos decir mira le mostraré dignidad porque ella es heterosexual, pero no te mostraré ninguna dignidad porque eres gay o lesbiana?  Entonces para los jueces es un asunto de justicia, es justicia porque si no pensamos así, las otras personas que están con nosotros tampoco van a pensar así.   Pero no tenemos que hacerlo como “ratón en la esquina”, murmurando, en silencio, pensando que vamos a hacer una cosa mala, tenemos que hablarlo, tenemos que decirlo hacia afuera: esto es por los niños, porque los niños dependen del juez para hacer las cosas bien, y si nosotros no lo hacemos ellos tienen problemas.  Y lo que dice el juez en los Estados Unidos, es: mira, estos niños van a estar aquí, si no tenemos una comunidad amistosa, ellos van a terminar en crímenes, pueden terminar en drogas, en pandillas, entonces para que los niños se crían de una manera sana, tenemos que como jueces crear una comunidad que le de la oportunidad de criarse sanamente, sin importar la orientación sexual que ellos tengan, y eso es difícil pero es nuestro trabajo, porque es justicia, porque es humano y porque son derechos humanos.

La Convención de los Derechos del Niño es muy importante en la República Dominicana, nosotros no la tenemos en los Estados Unidos, pero puedes usar la Convención de los Derechos del Niño para asistirte en esas decisiones acerca de quiénes son los padres, porque es el derecho del niño de ser criado por personas que lo amen y que lo traen al mundo.  Es el derecho de los niños, no es nuestro derecho.  Debemos proteger ese derecho, ya sean sus padres gays, lesbians o transgéneros.  Es el derecho del niño.

Así terminó mi entrevista con la Magistrada González.  Para mi fue un verdadero orgullo poder encontrarme con una jueza de origen dominicana, que tiene un papel destacado en su Estado y a nivel internacional también.

Mientras en muchos países las leyes se van adecuando a la realidad de muchas familias, lamentablemente en nuestro país no es así, y todo lo contrario, quieren restringir el derecho de las personas a formar sus familias y como dice la Magistrada González el derecho de los niños a que les sean reconocidas legalmente las personas con quienes conviven, quienes los cuidan, atienden y protegen.