En las clases de Derecho de las Personas y la Familia que imparto en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, suelo pasar películas para que los/as estudiantes las analicen e identifiquen cuáles temas del programa de estudio salen en las películas. He compartido con mis estudiantes varias películas: Kramer vs. Kramer, Changeling, The Kids Are All Right, y The War of the Roses. Esta última fue la más reciente que pasé a los estudiantes y vimos, como se imaginarán todo el drama que implica un divorcio.

Y de toda la película, la siguiente conversación me impactó porque a través de mi práctica he visto lo que aveces ocurre en los procesos de divorcio. En esa escena ya la pareja estaba perdiendo aún más la objetividad, la perspectiva, y Gavin (Danny Devito) que era amigo de Oliver (Michael Douglas) y su abogado también, sostienen la siguiente conversación:
(Oliver le estaba enseñando un plano de la casa, que él y Barbara (Kathleen Turner) estaban compartiendo -en medio del proceso de divorcio- y que habían divido en áreas para no “chocar” entre ellos.)
“Oliver: Las zonasrojassonde ella. Las zonasamarillassonmías. El verde esneutro. La cocinaeradifícil,pero aBarbara se le ocurrióideade laasignación del tiempo.Gavin: Esto lepareceracionalalos dos?

Oliver: .

Gavin: Oliver,mipadresolía decir: que un hombrenuncapuedesuperar aunamujer
cuando se trata deamoro lavenganza. ¿Por qué nole dejas la casa? Hayotras casas.Yotras mujeres.

Oliver: No,no,no.Voy aganarporque conseguíque aceptaralas reglas del juego.

Gavin: Oliver, nohayganadoresen esto. Sólo hay grados de pérdidas.”

Estoy totalmente de acuerdo con esta última oración. En un divorcio no hay ganadores. Cada quien elige hasta qué grado de pérdida llegar.

Aquí les dejo con el trailer de la película.